El medioambiente y la salud han recibido una muy buena noticia: el glifosato empieza a recibir requerimientos para su prohibición. Se trata del herbicida más utilizado del mundo, tanto en agricultura como en jardinería, el más polémico y uno de los pesticidas más tóxicos.
El pasado mes de julio, Austria aprobó una ley que prohíbe la utilización del glifosato en tres años, siendo en primer país de Europa en erradicar su uso. Ahora ha sido Alemania que, a través de una campaña del Ministerio de Medio Ambiente contra la extinción de los insectos, pretende reducir sistemáticamente el uso de productos que contengan dicho herbicida, a partir del 2020.
El glifosato es un herbicida que la Organización Mundial de la Salud ha calificado como “probablemente cancerígeno para los seres humanos”.
El gobierno alemán ha indicado que los herbicidas como el glifosato no eliminan tan solo las malas hierbas, sino también las plantas de las que dependen especies de insectos para su alimentación. Esta decisión ha llegado tras varios juicios en EEUU en los que ha quedado judicialmente probado que Roundup, marca bajo la que Monsanto-Bayer comercializa este químico, es causante de varios tipos de cáncer.
Además de nuestra salud, el uso de glifosato tiene graves impactos en el medio ambiente.
El glifosato en los productos menstruales
El algodón convencional es el “cultivo más contaminante” del mundo porque se produce con los peores pesticidas, como el glifosato. Con una tasa de 25 millones de toneladas de producción al año, el algodón es uno de los principales cultivos de OGM (Organismo genéticamente modificado) en el planeta, y el 95% de su producción no es sostenible.
¿Sabías que el glifosato es un herbicida tóxico extensamente utilizado en los cultivos de algodón convencional, y que al menos el 85% de los tampones, compresas y algodón están contaminados de él?
El algodón no sólo se usa para la ropa, sino también para los productos menstruales, como las compresas y los tampones. Esto significa que la producción de algodón transgénico no solo afecta al planeta, sino también a la salud, ya que el producto tiene contacto directo con las membranas mucosas de nuestro cuerpo y nos puede provocar alergias, irritaciones o picores.
Los tampones y compresas Nur Organic están fabricadas con algodón 100% orgánico certificado.
Algodón orgánico como alternativa sostenible
La alternativa a dicho problema y la solución para el planeta y la salud es el uso de productos orgánicos certificados. El consumo consciente y responsable contribuye a disminuir la problemática y a conducir nuestro planeta a un sistema respetuoso y sostenible.
Puedes contribuir a reducir la producción de algodón transgénico. ¡El cambio empieza por ti!
El uso del algodón orgánico contribuye a reducir la exposición a tóxicos peligrosos, ayuda a mejorar las condiciones de trabajo de los agricultores algodoneros, contribuye a mantener un ecosistema sano gracias a su cultivo ecológico, ayuda a conservar los recursos hídricos y energéticos mundiales, y reduce tu exposición a los productos tóxicos utilizados.
El cambio por un mundo mucho mejor empieza por uno mismo. La noticia que hemos recibido es positiva, pero aún queda mucho por hacer en el campo de la salud y el medio ambiente. ¡Únete al consumo responsable y sostenible, por ti y por el planeta!