Algunas mujeres tienen abundantes pérdidas de sangre durante la regla, o quizás deberíamos decir enormes sangrados. ¿Es tu caso? Son aquellas mujeres que tienen que cambiarse constantemente la compresa, tampón o vaciar la copa menstrual. A menudo manchan la ropa e incluso, el asiento del coche o el sofá. Se producen situaciones que pueden resultar desagradables y limitantes. No es fácil gestionar las reglas abundantes. Además, si el cuerpo no es capaz de regenerar la sangre perdida o no toma suficiente hierro puede evolucionar a una anemia que dificulta el día a día. La denominación de este tipo de hemorragia es menorragia.
Las causas de estos sangrados tiene que determinarlas un ginecólogo. Habitualmente obedecen a tres posibles motivos: por miofibromas o tumores benignos en el útero, por endometriosis, o por adenomiosis, y cada uno de ellos tiene su propio tratamiento. Sin embargo, existe un porcentaje de mujeres que sufren reglas abundantes de forma crónica y sin ninguno de estos transtornos más comunes, siendo difícil de saber su origen.
Además de las menorragias diagnosticadas, existen casos de mujeres que sufren reglas abundantes sin ser crónicas, sinó que sucede de forma ocasional. Desde luego, es difícil saber el porqué de estos casos. Analizando el sistema energético de nuestro cuerpo, observamos que las reglas abundantes pueden tener relación con un estrés centrado en el segundo chakra. Los siete chakras son importantes para el equilibrio del cuerpo, pero los relacionados con la salud ginecológica son los chakras inferiores. El segundo chakra se corresponde con los órganos pelvianos y reproductores, o sea vulva, vagina, útero, cuello del útero y ovarios. La salud de esta zona está vinculada en cómo basamos nuestras relaciones, en la confianza o en el control o dominio. Aquí entra en juego la acusación y la culpa, por lo cual la obstrucción de este chakra sería algo relativamente frequente. Algunos problemas del segundo chakra están relacionados con las heridas de las relaciones: el miedo al abandono, la pérdida de la posición social, los hijos, la creatividad…
Examinar esos bloqueos es difícil pero no imposible. Nuestro cuerpo es sabio, sólo tenemos que comunicarnos con él. Podemos saber muchas más cosas de las que imaginamos, sólo necesitamos parar, respirar y escuchar. Sea cual sea la causa de la menorragia y el tratamiento prescrito por el médico, es conveniente dar un espacio a la creatividad. Frequentemente las mujeres no nos hemos permitido ir más allá de las réplicas, en cualquier situación de la vida cotidiana, y no hemos podido desarrollar algo innato de una potencia especialmente intensa: la capacidad de crear. Tendría que ser algo obligatorio dedicar un tiempo a una misma, de forma íntima, o relacionándose con otras personas, pero con el único objetivo de materializar lo que sale de nuestro interior. El Arte es un buen canal pero no sólo existen la escultura o la pintura. Otras disciplinas como la escritura o la cocina son válidas para aplicar esa creatividad sanadora. A veces parece que sea imposible robar un tiempo a nuestro día a día, tan valioso, ya que las múltiples ocupaciones en la vida privada y profesional de las mujeres dificultan enormemente disponer de una hora o quizás de unos minutos para ello. Cómo siempre, es cuestión de priorizar y quizás de renunciar a ciertas cosas. Se trataría de integrar esos momentos dedicados a sacar nuestra parte más primaria. Deberíamos buscar algo de tiempo para ello, seguro que podemos. Una buena sugerencia, por ejemplo, sería cambiar esos ratos que seguro que todas dedicamos a mirar los mensajes del teléfono móvil o las redes sociales por unos instantes dedicados a plasmar una forma imaginada en un papel en blanco, pincel en mano… ¿qué te parece? ¿te atreves?