El periné está de moda y todo el mundo habla de él. Las revistas de mujeres, las revistas para padres, en el gimnasio, en las charlas entre amigas … y como todo el mundo lo conoce y sabe de qué va, como hoy en día todos hemos aprendido a
pronunciar palabras como «episiotomía» sin quedarnos trabados, como sabemos que perineo y sexo van ligados … pues ya está:
«Ponte las bolas chinas«, «te hacen falta ejercicios de Kegel«, «te cuento… ve haciendo pipí y cortando el chorro«, «haz danza del vientre…» consejos globalizados en vez de trabajo individualizado, mitos y prácticas en contra de nuestra fisiología, ningún discernimiento de lo que está bien ni lo que está mal … eso sí es estar de moda, estar en boca de todos!

Lo que no sabe todo el mundo es que en verdad se confunden los términos perineo y suelo pélvico, que aunque todo está «en las zonas bajas» no son exactamente lo mismo, ni son sinónimos. El perineo es una parte precisa del suelo pélvico. Este suelo, como dice su nombre, es el suelo muscular de nuestro cuerpo, y engloba tres sistemas muy importantes, dos sistemas de salida y uno de entrada-salida: urinario, fecal y sexual. El suelo pélvico es la base de un «cilindro abdominal», lo que aguanta y sostiene las vísceras de su interior y el que recibe las presiones que vienen de arriba, de esta cúpula llamada diafragma.
Muchas de las patologías que asociamos al suelo pélvico no lo son, o no siempre … o son mucho más complejas de lo que pensamos …
Deducción fácil: que la incontinencia urinaria se debe a que el suelo pélvico es débil y hace falta «muscularlo» a través de contracciones. Mmmm …
Lo que es muy posible es que esta incontinencia urinaria sea fruto de un estreñimiento distal crónico (¿Os acordáis del último artículo en que hablábamos de una bolita de caca que esperaba a salir, días y días mientras iba secándose?). De la fuerza para evacuar la bolita un día tras otro y por la alteración de la estática normal de la musculatura.
O que todo sea fruto de una caída lejana (pero muy dolorosa) sobre el trasero, una caída que luxó el coxis y alteró su movilidad normal, y en consecuencia afectó el suelo pélvico, que tiene inserciones.
A las señoras menopáusicas sólo se les encuentra la excusa de las hormonas, como si nadie recordara que son mujeres que hace tiempo también parieron criaturas, y que por la época y los tabúes, nunca siguieron un tratamiento. Años y décadas después de todos estos trastornos aparecen las consecuencias: prolapsos, incontinencias …
Podría seguir con muchos más ejemplos, pero no es necesario. Ya veis que no todo se arregla contrayendo y contrayendo para tener un «periné bien fuerte». Vamos a buscar patologías asociadas, posicionamientos corporales, gestión de esfuerzos, traumatismos físicos de la vida, cambios de mentalidad …
Es por ello que quisiera recomendar firmemente a toda mujer con cualquier trastorno o molestia «abajo» que consultara, pero que lo hiciera a alguien que realmente sepa de este tema, osteópata o fisioterapeuta especializado en reeducación uro ginecológica-obstétrica y del perineo. Déjese de revistas, de amigas, de gimnasios y vamos caso por caso, historia por historia, hagamos buenos diagnósticos y buenos tratamientos!
Sí, el perineo está de moda … pero en este caso es mejor llevar un vestido de alta costura.
Cristina Martí y Dillet
Fisioterapeuta especializada en reeducación abdominal, uroginecológica, coloproctològica, obstétrica y perineal.